
Hay situaciones donde nadie discute que se están haciendo bien las cosas y son específicamente un solo gran ítem, relaciones internacionales, ¿por qué?, porque Chile se ve más unido desde un punto de vista nacional para tener que reaccionar ante la demanda peruana en la corte internacional de la HAYA, se ve más unido también sobre levantamientos – discursivos – en Bolivia, respecto de la salida soberana al mar y desde esa óptica, aparentemente hay mucha menos discusión en la opinión pública que con respecto a lo que ocurre al interior de nuestro país, todo esto basado en la relación, gobierno – clase política – ciudadanía.
Con la excepción antes mencionada, según una enorme mayoría, el gobierno no lo hace bien en ningún otro ámbito, ni siquiera en la economía donde las cifras son las mejores de la historia, entonces la lectura posible de lo que pasa – según mi lupa – es que hay y a estas alturas ya suena repetido, hay un cambio en la percepción de la oposición no institucional, no se sienten bien representados, ni siquiera se sienten representados por las coaliciones que habitan el congreso.
Esa oposición que aparece en todas las encuestas, cambia los énfasis de sus descontentos, puede ser el gas en Magallanes, Hidroaysén, ANFP, huelgas mapuches o educación como ahora, el hecho es que los chilenos se aburrieron de las soluciones parches – a las cuales estuvieron acostumbrados durante 20 largos años – no aceptaran soluciones que resuelvan los problemas con más problemas, lo que las personas piden son soluciones estratégicas y sobre todo soluciones que cambien el curso de este enorme buque llamado Chile, buque que al parecer va directo al abismo. Se busca – no importando cual sea el momento coyuntural – una solución estructural, de fondo y de largo plazo, para esto ni en oposición, ni en gobierno, existen ideas claras y concretas de cómo esto puede lograrse.