Existe una figura literaria llamada sinécdoque, esta es usada – básicamente – para representar un todo por alguna de las partes involucradas en disputas o en algún tipo de confrontación, es una sinécdoque por ejemplo decir “20 velas iniciaron la carrera” al mirar una regata porque solo se hace referencia a una parte de los veleros, el periodismo es otro buen ejemplo en sinécdoques porque jamás logra abarcar toda la realidad que busca retratar y constantemente reduce esa realidad a una parte del todo.
Clásico es lo que ocurre cuando hay movilizaciones, destacar hechos dramáticos y repetirlos hasta la saciedad y las personas se hacen la idea que todo lo que ocurrió en la manifestación se reduce a esa parte del todo, es esto lo que reclaman los manifestantes – cualquiera será su tendencia política – y en todo los países cuando los medios periodísticos se concentran solo en los hechos dramáticos, en la violencia y los hace pasar por sobre todo lo demás que paso. Sin embargo existe un riesgo – un gran riesgo – cuando las manifestaciones perduran durante mucho tiempo comienzan a languidecer los ánimos y los entusiasmos, la masividad comienza a descender en cada nueva convocatoria, se corre el riesgo que la sinécdoque comience cada vez más a aparecerse al todo, mientras menos gente marche y mientras se mantenga el numero de delincuentes – encapuchados – que salen en todas las cosas con la menor excusa, que probablemente no tienen nada que ver con lo se esta pidiendo en el fondo, pero aun así saldrán porque esta la posibilidad de que así sea.
Uno sabe que esto es un juego de imagen en gran medida donde una parte quiere – en el caso de los estudiantes – instalar como algo que mantiene la misma fuerza la idea de fondo, la educación de calidad, ojala gratuita, ojala abarcando a toda la población, sin embargo, en la medida en que comienza a perderse el entusiasmo o el animo por la razón que sea y empiezan a mantenerse en la misma proporción los encapuchados, hay más posibilidades de que se este representando la manifestación sobre la base de lo que ocurrió con unos delincuentes en diferentes puntos del país
Al final todo liderazgo – sin excepción – estudiantil, de gobierno u oposición debe evaluar – en sus grandes campañas – hasta donde llega y hasta donde pasa la posta a otros que continúan en el mismo camino, que continúan la misma lucha. Esto es algo que debe estar meditándose en el movimiento estudiantil, muchos de los dirigentes que hemos conocido tienen que ser reemplazados o tienen que ser sometidos a votaciones en las próximas jornadas y por lo tanto cabe preguntarse ¿debe una nueva generación de recambio continuar con la batalla de fondo? ¿seguimos nosotros al mando? ¿si seguimos nosotros contamos con el apoyo y con el mismo entusiasmo que en un comienzo? Cuando se tome la decisión debe evitarse que los delincuentes se infiltren en las próximas manifestaciones, porque lise y llanamente cuando no es posible seguir con el mismo grado de entusiasmo es hora de que otros tomen esa tarea – su lucha asi lo merece – facilito, nuevas caras, nuevos liderazgos y nuevas formas.