lunes, 5 de octubre de 2009

Aun esperamos la alegría…

Hoy se cumplen 21 años del plebiscito en el que el NO derroto al SI, es decir a la continuidad de Augusto Pinochet como gobernante del país, no era mucho mas que esto lo que estaba en juego aquel día histórico – quiero dejar en claro antes de seguir, que no me he dado vuelta la chaqueta, ni mucho menos desperté hoy, siendo izquierdista, pero de la misma manera en que siempre he dejado en claro que el Golpe Militar en su momento era absolutamente necesario y la única salida, también se reconocer que el día del NO, lo fue de igual manera. Muy bien, aclarado el punto prosigo –

Aquella jornada fue significativa y reveladora, sorpresivamente para todos en los meses anteriores cuando se convoca al plebiscito emergió – de forma inesperada – un Chile subterráneo, construido en las mazmorras, construido en las trastiendas, un Chile organizado a través de organizaciones no gubernamentales de todo tipo, en poblaciones vecinales y apareció el Chile ciudadano. El 5 de Octubre fue una fiesta, fue la ciudadanía la que fue a la victoria y derroto la continuidad de quien a esa altura ya se había convertido en un dictador, todo fue tan sorprendente que incluso los rostros de aquella campaña fueron los únicos chilenos que podían testimoniar su disenso con el régimen militar, por consiguiente era los rostros de la televisión – especialmente actores y conductores – el estandarte fue Patricio Bañados. Por qué esta situación, sencillo, porque la clase política en Chile – contraria al régimen militar – no era reconocida entre las masas, vivían en la trastienda y solo en pequeños círculos eran más menos conocidos. Por lo tanto la movilización ciudadana tuvo mucho de recurrir a las movilizaciones sociales, que existían informalmente y que pudieron ganar.

Pero que paso a partir de esa época, la clase política se apodero de la transición, tomo la decisión de una votación popular que negocio con la elite del régimen militar y por lo tanto se reestablecieron ciertos derechos fundamentales, como el derecho a la vida, eso por si solo ya justificaba el cambio y además otros múltiples avances, así se creo una cierta institucionalidad – de acuerdo a la constitución de 1980 – que le dio cierta formalidad al estado chileno, con algún grado de participación esencialmente vía electoral, con todas las limitaciones que la constitución que regia tenia, senadores designados – cuoteados – ex funcionarios del régimen militar, lo cual bloqueo muchas reformas que se intentaron – con cierta tibieza – y que finalmente constituyeron y consolidaron ese modelo, por lo tanto se fue perdiendo o escapando de la ciudadanía cierta transición.

Aquel 5 de octubre a los ciudadanos se los mando a la casa, sin participación, además – temerosa – la propia clase política, incluyendo la concertación, de esa ciudadanía que podía presionar y generar cierta desestabilizad, en las negociaciones con la clase política que había gobernado Chile durante 17 años y que de facto continua haciendo, si vemos los rostros de la derecha tradicional son los mismo que colaboraron con Pinochet.

En lo sustancial, fueron las clases políticas quienes se tomaron la transición y se tomaron del ideal de reformas que tenían los chilenos cuando fueron a votar por el NO, que pasa hoy, hubo una fiesta a la que fueron, los funcionarios públicos, los señores de la transición, mas bien identificados con el NO, para recordar. Y donde queda la ciudadanía, que hace mucho tiempo dejo de percibir que el 5 de octubre fue su triunfo, incluso ni siquiera acudieron los candidatos que representan este sector, por considerar que no hay beneficios políticos, ya que para juntarse con la burocracia en publico no hay mucho que ganar o disputar.

Una lastima, pero vale la pena recordar que el 5 de octubre, fue una gesta ciudadana, que la transición fue de las cúpulas que diseñaron el modelo, cuyos defecto principal fue mandar a la gente a la casa, los que después nunca mas volvieron. La credibilidad de nuestra institucionalidad se fraguo en la transición, pero la moral de un anhelo de cambio y justicia fue aquel 5 de octubre y fue echo por los chilenos
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