Soy fanático de Barack Obama, si, lo reconozco, quienes me conocen en mi fuero mas interno, lo saben bien. Fanático al punto de aprenderme su último discurso de campaña, soy fanático de la persona que cambio la historia de Estados Unidos, no solo por ser el primer afro americano presidente – que ya es histórico – también lo admiro por ser una persona que propone cosas, las que efectivamente de cumplir solo la mitad de su programa de gobierno, serian cambios sustanciales, los que no solamente ayudarían a Estados Unidos, también ayudarían al mundo.
Pero así como me sentía en la obligación – ya que escribo de el en esta columna – de decir que lo admiro profundamente, creo que darle el Premio Nobel de la Paz, por la creación de una “suerte de atmósfera”, antes que se produzca nada constructivo en términos concretos, los cuales beneficien a toda la humanidad, me parece una decisión extraordinariamente prematura.
Si hasta el mismo Barack Obama se vio extrañado con la noticia, mando un twitter diciendo que estaba humildemente sorprendido, que aceptaba el premio, pero creyendo que la decisión nada tenia que ver con su persona – ahí creo yo se equivoca – si no con el liderazgo de Estados Unidos nuevamente en el mundo. El liderazgo de la nación anglosajona a estado en entre dicho por décadas y de seguro esto solo variara, cuando veamos cosas concretas, cosas palpables, en condiciones que satisfagan las promesas de un bienestar a nivel planetario.
Solo recuerdo a quienes confiamos en Obama, aun existen 2 guerras que no tienen visos de terminar, aun existen situaciones oprobiosas, como la cantidad de personas que están sometidas a cero legislación y defensa en la cárcel de Guantánamo, las promesas del mandatario pasaban por cambiar sustancialmente el bienestar de los norteamericanos, esos que no tienen derecho a un seguro de salud – cosa que aun no consigue, por la tremenda oposición y por la crisis económica – así que es cierto, Barack Obama cambio la atmósfera de este planeta en términos políticos y gracias a eso, todos tenemos esperanza en lo que puede generar una persona desde la casa blanca. Pero el Premio Nobel de la Paz, tiene que ser algo más que la creación de una atmósfera, porque con solo 24 años – mi edad – he visto muchos que crean atmósferas, he visto a cientos generar expectativas, el problema es que en la mayoría de los casos – en casi todos – después de un tiempo, solo quedan las frustraciones.
Por esto – aunque lo admiro – hasta que no se consolide, el hacer de Barack Obama en términos significativos, la decisión de darle el Nobel de la Paz me parece un paso dado a la carrera, a la rápida y dejándose llevar claramente, por la moda que reina en el mundo, si hasta yo soy parte de ella, claro esta, yo no tomo decisiones de tan gruesa responsabilidad y si lo hiciera, pondría un muro enorme, entre los hechos concretos y la esperanza – que es solo eso – que despierta en mi, el presidente de Estados Unidos.
Pero así como me sentía en la obligación – ya que escribo de el en esta columna – de decir que lo admiro profundamente, creo que darle el Premio Nobel de la Paz, por la creación de una “suerte de atmósfera”, antes que se produzca nada constructivo en términos concretos, los cuales beneficien a toda la humanidad, me parece una decisión extraordinariamente prematura.
Si hasta el mismo Barack Obama se vio extrañado con la noticia, mando un twitter diciendo que estaba humildemente sorprendido, que aceptaba el premio, pero creyendo que la decisión nada tenia que ver con su persona – ahí creo yo se equivoca – si no con el liderazgo de Estados Unidos nuevamente en el mundo. El liderazgo de la nación anglosajona a estado en entre dicho por décadas y de seguro esto solo variara, cuando veamos cosas concretas, cosas palpables, en condiciones que satisfagan las promesas de un bienestar a nivel planetario.
Solo recuerdo a quienes confiamos en Obama, aun existen 2 guerras que no tienen visos de terminar, aun existen situaciones oprobiosas, como la cantidad de personas que están sometidas a cero legislación y defensa en la cárcel de Guantánamo, las promesas del mandatario pasaban por cambiar sustancialmente el bienestar de los norteamericanos, esos que no tienen derecho a un seguro de salud – cosa que aun no consigue, por la tremenda oposición y por la crisis económica – así que es cierto, Barack Obama cambio la atmósfera de este planeta en términos políticos y gracias a eso, todos tenemos esperanza en lo que puede generar una persona desde la casa blanca. Pero el Premio Nobel de la Paz, tiene que ser algo más que la creación de una atmósfera, porque con solo 24 años – mi edad – he visto muchos que crean atmósferas, he visto a cientos generar expectativas, el problema es que en la mayoría de los casos – en casi todos – después de un tiempo, solo quedan las frustraciones.
Por esto – aunque lo admiro – hasta que no se consolide, el hacer de Barack Obama en términos significativos, la decisión de darle el Nobel de la Paz me parece un paso dado a la carrera, a la rápida y dejándose llevar claramente, por la moda que reina en el mundo, si hasta yo soy parte de ella, claro esta, yo no tomo decisiones de tan gruesa responsabilidad y si lo hiciera, pondría un muro enorme, entre los hechos concretos y la esperanza – que es solo eso – que despierta en mi, el presidente de Estados Unidos.