martes, 13 de octubre de 2009

Pagando y pagando…

Puede que ustedes estén perdidos con esto de “la deuda histórica”, claro, se ha escuchado tantas veces que ya no se sabe bien a que se refieren, básicamente es cuando se municipalizo la educación en los años 80 y quedo una deuda con los profesores, deuda – y lea bien – que haciende a mas de 9 mil millones de dólares, cifra absolutamente sideral y casi inabordable.

Pero se ha arrastrado tanto tiempo, ha sido tanto la piedra de tope, que el año pasado, cuando se discutía el presupuesto nacional – justamente – fue obstáculo, pero se logro llegar a un acuerdo, el cual consistía en diseñar como evaluar pagar la deuda de una vez por todas.

Ambas cámaras llegaron a una resolución, la cual fue planteada al gobierno – Ministerio de Hacienda – para ver como pagar esta tremenda suma de dinero, entre otras alternativas estaban re-direccionar fondos de la ley reservada del cobre, alza de impuesto a las mayores fortunas del país o mayores impuestos a juegos de azar, casinos, tabacos y alcoholes. Bueno, como se lee, había un diseño o una idea de este, pero el gobierno, el ejecutivo hoy 13 de Octubre tiene que entregar una solución, por eso la presión en estos momentos.

Una cosa, ¿se debe cumplir con los profesores? si, hay que pagarles la deuda histórica. Dicho esto, es el momento en que también los profesores, al unísono digan: así como queremos que se nos pague, también queremos pagar. Claro, cuando uno quiere que le cumplan la palabra empeñada, es uno mismo quien debe partir dando el ejemplo, los profesores deben dejarse examinar, dejarse medir, que se les evalué – pero de verdad – no poniendo obstáculos y barreras día a día, mes a mes y año a año, como ha ocurrido hasta ahora.

Entonces, pacto social, se les paga la deuda a los profesores, aunque sea un gasto enorme, pero ellos pagan su deuda con la sociedad, se dejan medir y evaluar, tal cual se comprometieron en un principio del estatuto docente. Aquí esta la piedra de tope a la calidad en nuestra educación, mejores sueldos y pago de la deuda, obvio, pero que sean evaluados y los que no acepten dicha medida, que dejen el aula, porque el costo lo pagan nuestros niños y jóvenes.