miércoles, 14 de octubre de 2009

Reflexionar en tiempos de gloria

Revisando la prensa de hoy, encontré un dato que revela elmostrador.cl sobre nuestras instituciones, por ejemplo dice que Arturo Vidal después de haber salido 3ero en el Mundial Sub-20 en Canadá el año 2007, volvió a Chile, recibió su premio - $5.000.000 – y los dono a una escuelita en San Miguel, una escuela publica llena de pobreza material y el director del establecimiento, feliz y entendiendo el sentido del regalo de Vidal, decidió arreglar un pequeño gimnasio que había en el colegio, así sus alumnos podrían practicar deporte en mejores condiciones. Resultado de esa gestión – aunque usted no lo crea – el director fue sancionado por la contraloría, porque se estimo que ese no era un gasto justificado.

Cuando un estado parasitario – que no sirve para nada – toma decisiones como la que acabo de exponer, la cual no tiene ninguna consecuencia más que negativa, muchos se preguntan que tiene que ver el estado o las políticas públicas con los éxitos conseguidos por selecciones chilenas, la respuesta es sencilla, nada, absolutamente nada. Muchas fotos de diputados colgándose del deportista famoso de turno, para sus campañas, costumbre vieja de los presidentes de chile – hagamos memoria – recibir a los futbolistas o irlos a visitar. Perdonen la critica, exceptuando el ultimo mandato, donde se han arreglado al menos los estadios, la verdad es que nada de la clasificación conseguida por la selección chilena, se debe a un esfuerzo colectivo, aunque todos queramos sentir que ese triunfo es nuestro, lo cierto es que son un pequeño grupo de personas, los que hicieron muy bien su trabajo, una dirigencia del fútbol a la altura, la audacia de traer a Marcelo Bielsa junto a su staff técnico y jóvenes talentosos – que cuando no tuvieron un buen líder no ganaron mucho – pero que cuando son bien llevados han conseguido glorias deportivas, o sea resulto la vieja formula, disciplina + talento = éxito.

Pero no nos engañemos, paños fríos muchachos, son solo una elite de personas. En este país vallan a cualquier colegio – pero a cualquiera – y las clases de educación física van de menos a menos, no tenemos campos deportivos en colegios públicos, no hay infraestructura apropiada salvo en establecimientos muy puntuales, por consiguiente aprovechemos de reflexionar sobre lo lindo que seria un Chile haciendo todo lo contrario, un país donde efectivamente el deporte sea una política de estado, que se crearan las condiciones para que los deportistas – y ojo, no solo profesionales – pudieran entrenar de mejor manera.

Además de todos estos cambios, debieran existir funcionarios mas criteriosos y no el burócrata de la contraloría, que lo único que hizo fue una enorme estupidez y además le pagan por aquello. No se, se que es difícil reflexionar en momentos de éxtasis y gloria, pero que lindo seria Chile si fuéramos un poquito mas sensato, con lo que hacemos y con lo que decimos.