sábado, 30 de abril de 2011

Y no me invitaron... se pasaron.

Fue un casorio a todo pasto, con glamur, fastuosidad, con cobertura de los principales medios del mundo, con tremendo despliegue militar y policial, con una comilona pantagruélica mas por el costo que por la calidad del mastique. Pero si fue una cosa impresionante, todo a costa de los contribuyentes, un evento enfocado básicamente a las féminas que crecieron alucinando con historias de princesas, príncipes azules, imagínense ahora que estos tipos de la realeza elijen a plebeyas para contraer sagradas nupcias, no faltara la mamerta que crea tener alguna posibilidad de vivir el sueño, muchas de estas mujeres estaban felices - en llamas - con la culminación de esta historia de amor que partió hace 8 años, 8 años en que Katita y el Guille no tuvieron ni un sí, ni un no, 8 años en que estuvieron juntos pero no revueltos, ya saben eso de andar conviviendo es de rotos - según la monarquía -

Me van a creer que tomándome un café me entere que el portal Terra transmitía la cuestioncita en vivo y en directo - gracias a mi amiga Kuky que miraba anonadada el vestido de la novia - Lo único bueno de esta boda es que ningún invitado apareció con un hervidor, una olla a presión, ni con una plancha de regalo, los novios no se anotaron en alguna tienda de riteil y pusieron la famosa lista.

No, si definitivamente a este matrimonio fue pura gente linda, fue uno que otro invitado plebeyo pero encachado para que no desentonara con la Abadía de Westminster, otros invitados eran a todo cachete, dignatarios de todo el mundo, artistas, casas reales de toda Europa, puros reyes, no piensen en el rey del mote con huesillo o la anciana huachuchera que alguna vez se auto proclamo como la reina de la pasta base, aquí habían reyes de verdad por extraño que eso parezca en este lado del mundo. Y otra cosa, ahí no hubo locro, ese plato de porotos con zapallo molido que servían en platos de cartón dentro de un gimnasio, esa picantería sin parangón que organizo Carlos Menen - el rey de los corruptos - en La Rioja cuando se caso con nuestra reina, con nuestra soberana Cecilia Bolocco y por si fuera poco remataron con una luna de miel en el lugar más flaite sobre la faz de la tierra, Las Vegas, o sea lumpen puro, la ciudad creada por los estafadores más famosos de Estados Unidos porque eso si, por lo menos los británicos tienen estilo y clase.

La monarquía deja plata por el turismo pero hay un 30% de ingleses republicanos partidarios de abolirla, pese a las crónicas honorativas y además honrosas, no necesitamos reyes para demostrar que esto es Inglaterra dicen y el mejor ejemplo lo tienen al otro lado del Canal de La Mancha con sus hermanos rivales, viva Francia cuyo estado llano - o sea el perraje - se opero de reyes, reinas, príncipes y princesas hace más de 200 años.

Sacando el tejido la corona británica da para cahuiniar en el país que invento la farándula, el matrimonio de papel entre Diana y Carlos, que este rey en la cama sufría el síndrome del conejo según Lady Di, que está a su vez se comportaba igual que una chana contando sus intimidades según la reina Isabel, que la ahora pareja de Carlos es mas mala y fea que pegarle a la abuelita en patota, en fin. El más sabroso y tremebundo de los cahuines dice tener relación con Harry el hijo pavo de Carlos y Diana, que no sería precisamente hijo de este si no que dé el mayor domo James Hewitt que fue amante de la princesa, yo no lo creo, no ven que salió igualito a su hermano mayor, colorín, tontorrón y curahuia, parece que a Carlos no le quedo otra que validar calleuque el loro el gol de media cancha porque de no hacerlo imagínense el medio cahuineo.