Un despliegue físico tan sobre cogedor como envidiable, siempre han tenido jugadores que además de meter son buenos con la pelotita, pero si hay algo que nunca falta en toda selección uruguaya - mas antes que ahora - son los chuleteros, tipos de técnica rudimentaria o de frentón tronquelis, rústicos, esos que reparten madera, ya saben, cochinos. Estos marcan derechamente al hueso con patadas a la altura de la medallita, Paolo Montero es el gran estandarte de esta clase - mala clase - de futbolistas, carnicero hecho y derecho, imperdible en cualquier ranking de jugadores sucios, aunque les cuento algo, su padre era peor. Paolo Montero Castillo, antaño, casi se hecho a Johan Cruyff de una patada en el pecho, porque antes si que eran cumas, en épocas pasadas todo pasaba más piola.
También resaltan nombres como Víctor Diogo, Nelson Gutiérrez o el mismísimo Nelson Acosta - Nelson Bonifacio - fue el quien le saco chocolate y le boto los chocleros a Francisco Laseras, un antiguo volante de Unión Española, muchos de estos muchachos confunden el concepto de "garra" - ganado merecidamente tras el mundial del 50 - con el de violencia. Pero así lo sienten y así lo viven, a mil pulsasiones por minutos, son vehementes simple y lise llanamente, pero aqui en Chile también contamos con esa clase de jugadores, el mismo don Elias era bastante cochino - además de ser bueno -, el ligua Puebla, zapatitos con sangre Leonel Herrera - padre -, lucho Musrri, como olvidar a Luis chiqui Chavarria el oriundo de Monteaguila que se pitio - camino a Francia 98 - a Enzo Francescoli y libro piola, en circunstancias que más que tarjeta roja merecía 10 años y 1 día para rematar su gracia una vez terminado ese partido dijo que "gracias a dios que lo había lesionado" y donde dejamos a Marcelo Zunino, otro de esa estirpe, admirador de la escuela uruguaya - solo podía ser Zunino - incluso a declarado que enseña esas "mañas" a los niños de sus escuelitas de fútbol.
Los rió platenses dicen que antes de los 5 minutos nunca expulsan a nadie, el volante José Batista se tomo esa frase pero tan literalmente que le puso una plancha asesina a un escocés a los 53 segundos de partido - en el mundial México 86 - y por eso ostenta el record de ser el jugador que más temprano se fue a las duchas en la historia de los mundiales. Cara de palo, Juan Araya - uruguayo 100% futbolero - dueño de las parrilladas uruguayas en nuestro chilito es amigo de todos los futbolistas de su país - desde Forlan hacia abajo - reconoce que sus compatriotas son los más cochinos del planeta y lo asegura sin ningún tapujo, ni pudor.
Nuestras selecciones han tenido encuentros de aquellos con los uruguayos, son mandados hacer para agarrarse a combos en el hocico, muestra de aquello, 2 episodios inolvidables, una pelea en 1975 en un partido "amistoso" disputado en Santa Laura donde ambas escuadras se dieron como bombo en fiesta y claro, también recibieron. La otra, un "amistoso" sub-17 a principios de los 90, disputado también en el recinto de Independencia, aqui debo decir con el pecho henchido de orgullo, influido por el espíritu guerrero de Lautaro, Galvarino, Michimalonco y hasta el indio pícaro que fuimos nosotros los que dimos. Javier Margas se dio el placer de ponerle flor de pata en la raja a Paolo Montero, en el mismo partido donde Chavarria paso a ser héroe nacional y Salas anoto el gol que significaba medio ticket a la ciudad luz, fue un chileno entonces quien vengo a todos esos pobres jugadores que sucumbieron bajo los estoperoles de Montero, el jugador más expulsado en la historia de la liga italiana y eso es mucho decir, porque ahí si que juegan tipos mala clase.
Dicen que ahora han retomado la senda del buen fútbol - según ellos - pero nada de eso se vio ayer en el partido de Copa América, porque fue el equipo de Claudio Borghi quien volvió a dar espectáculo, el que intento ganar y el que demostró que Uruguay, que Uruguay es Uruguay no más, los futbolistas más sucios y llorones de todo el mundo.