jueves, 7 de julio de 2011

Ni gobierno, ni oposición, ni nada

Nunca he pensado que las encuestas sean una especie de oráculo y por eso, creo que lo que tiene a las encuestas en todos los titulares de los diferentes medios de comunicación es su consistencia, hoy en día cuesta muy poco coincidir, no existen grandes variaciones entre una y otra, las pocas variaciones tienen que ver con 2 o 3 cosas que son de importancia – graves – una, que quienes fueron elegidos para gobernar ostentan el record absoluto de desaprobación, segundo, que en general la clase política – gobierno y oposición – no satisface lo que podemos denominar como representación ciudadana y tercero, sobre algunos puntos específicos de la marcha gubernamental que son peores evaluados que otros, pero desgraciadamente quienes tienen el porcentaje más bajo coinciden con los temas donde el gobierno ha hecho más ahínco para resaltar su labor, ejemplos muchos, combate contra la delincuencia, si bien Hinzpeter cae en la última encuesta, no ha caído tanto como la percepción de la ciudadanía respecto de este tema. Otros temas, como la reconstrucción también se han mantenido históricamente bajo, en la medida que la ciudadanía comienza a darse cuenta que las cifras – públicas y privadas – coinciden en que la reconstrucción de viviendas destruidas o inhabitables – donde muchas familias viven en medias aguas o carpas – siguen muy debajo de lo que se suponía debían estar.

Hay situaciones donde nadie discute que se están haciendo bien las cosas y son específicamente un solo gran ítem, relaciones internacionales, ¿por qué?, porque Chile se ve más unido desde un punto de vista nacional para tener que reaccionar ante la demanda peruana en la corte internacional de la HAYA, se ve más unido también sobre levantamientos – discursivos – en Bolivia, respecto de la salida soberana al mar y desde esa óptica, aparentemente hay mucha menos discusión en la opinión pública que con respecto a lo que ocurre al interior de nuestro país, todo esto basado en la relación, gobierno – clase política – ciudadanía.

Con la excepción antes mencionada, según una enorme mayoría, el gobierno no lo hace bien en ningún otro ámbito, ni siquiera en la economía donde las cifras son las mejores de la historia, entonces la lectura posible de lo que pasa – según mi lupa – es que hay y a estas alturas ya suena repetido, hay un cambio en la percepción de la oposición no institucional, no se sienten bien representados, ni siquiera se sienten representados por las coaliciones que habitan el congreso.

Esa oposición que aparece en todas las encuestas, cambia los énfasis de sus descontentos, puede ser el gas en Magallanes, Hidroaysén, ANFP, huelgas mapuches o educación como ahora, el hecho es que los chilenos se aburrieron de las soluciones parches – a las cuales estuvieron acostumbrados durante 20 largos años – no aceptaran soluciones que resuelvan los problemas con más problemas, lo que las personas piden son soluciones estratégicas y sobre todo soluciones que cambien el curso de este enorme buque llamado Chile, buque que al parecer va directo al abismo. Se busca – no importando cual sea el momento coyuntural – una solución estructural, de fondo y de largo plazo, para esto ni en oposición, ni en gobierno, existen ideas claras y concretas de cómo esto puede lograrse.