Que “el rio suena” ha dicho Jovino Novoa, que “esto no da para más” dice Carlos Larraín y de todos lados – Francisco Chahuan, Lily Pérez, Iván Moreira, entre otros – todos dicen que se debe dar una señal y se refieren al tan temido cambio de gabinete, mas políticos y menos técnicos.
El tema está instalado hace ya algunas semanas y la verdad es que no se ha conversado en La Moneda, es un tema que depende netamente de la decisión que pueda tomar Sebastián Piñera, los partidos de la coalición de gobierno han dado carta blanca al presidente y no son tan expresos en la petición, pero sin duda es un tema que preocupa. Ahora, la cuestión radicaría – la decisión – en la incapacidad de algunos ministros de empoderarse y manejar los conflictos de su cantera, Magallanes, Hidroaysén, Educación, CODELCO, ahora los puertos indican que esto no es solo un problema de los estudiantes, ni menos un problema puntual, se puede respirar – si usted quiere – esa sensación de que la cosa no va tan bien como se esperaba.
Ministros débiles, no tienen especio para tomar decisiones propias, porque siempre aparece la figura de Piñera, se dice que nada se ganaría con un cambio de gabinete, es más, ya se hizo uno, cuando entro Allamand y Matthei, nada cambio mucho en honor a la verdad. El problema es el diseño, fíjese usted, acaba de reventar el tema educacional y con que nos encontramos, con que el ministro del sector sale a un costado y el presidente asume el liderazgo en persona, fue él quien hizo el anuncio al país, en consecuencia es Piñera quien asume todos los riesgos y no Lavín. Además es el propio mandatario el que discute con los rectores, suponiendo este ritmo, deberá ser él quien hable con los estudiantes, no ha sido el ministro, no ha sido el subsecretario, es el mismo presidente – algo que nunca antes se vio en Chile –
Mientras tanto que ocurre, la sociedad siente que existen vacios, vacios de liderazgos, vacios de contenidos – de ambos sectores políticos – y los movimientos sociales, con sus demandas, algunas validas, otras absolutamente fuera de lugar, se atenúan, el tiempo va pasando y los problemas de otrora se hacen urgentes, se deben resolver aquí y ahora.
Existe la posibilidad de darle contenido a ciertas inquietudes ciudadanas, porque convengamos algo, esta discusión no habría sido posible hace 2 o 3 años atrás, no se hubiera conseguido cambio alguno, hoy tiene atisbos de posibilidad, los sueños parecen posibles y eso es lo que tiene de positivo este movimiento.