viernes, 15 de julio de 2011

Que saben los jóvenes de hoy: Los Archivos del Cardenal

Muchos de los cabros que hoy reclaman por todo, ni se imaginan que hace no mucho tiempo atrás el legítimo acto de protestar, reunirse, alzar la voz, pensar distinto, emitir soflamas o sencillamente gritar por las calles de Santiago – actos sencillos y naturales en el Chile de hoy – fueron proscritos en la etapa más negra de nuestro país. Muchos no dimensionan ni siquiera el castigo que el régimen podía infringir.

Acaso no saben o simplemente olvidaron que toda disidencia era considerada criminal y agresiva contra los destinos de la patria querida, muchos de los jóvenes en la actualidad – herederos de una democracia imperfecta – no tienen idea de que fue la Vicaria. Resulta inimaginable suponer que alguno de los actuales líderes del movimiento estudiantil hubieran librado incólumes a la acción de los siniestros organismos del régimen militar, no habrían librado piola de esas repentinas visitas a las 4 de la mañana, donde los jóvenes de aquella época eran arrancados de sus camas, sacados a culatazos y semi desnudos, dejados en una mazmorra, indefensos de militares psicópatas, que al amparo de la oscuridad y con el estado a su favor, disponían de la vida de aquellos, como quien decide la suerte de una cucaracha, es bueno que los muchachos de hoy, sepan, que de no ser por la Vicaria de la Solidaridad – impulsada por el Cardenal Silva Henríquez - las violaciones de los derechos humanos habrían sido mucho peores.

Los jóvenes de hoy – y muchos otros – olvidan que el actual estado de cosas esta heredado y que chilito, lastrado por una economía concentradora de la riqueza y una educación de clase, fueron cosas oleadas por una constitución hecha a punta de pistola o de corriente en los testículos. Sabrán los jóvenes de hoy algún día de las parrillas, los submarinos, de ratones recorriendo algún cuerpo, sabrán de perros adiestrados para humillar a las detenidas, esperemos que algo de esto se logre ver en la serie de TVN protagonizada por Vicuña y compañía, no por morbo, si no, para que la juventud actual sepa aprovechar el real sentido que tiene vivir en democracia.

En cuanto a los hechos, yo espero que se apeguen a lo histórico, mas realidad que ficción, es que siempre se acostumbra a dar mas sustento a esas historias de amor y dramatismo, así al menos se hace en la tele. Ojala no se cambien los acontecimientos, buscando sacar el barro que salpica a la iglesia, justo ahora, a cuenta de las Fuerzas Armadas y su régimen, no faltaran los que crean que retratando esta historia solo se busca aprovechar el oportunismo, como muchos creen que la serie también ocultara información, cosa que a sucedido durante todos estos años, yo lo veo como una buena forma de recuperar la memoria perdida, todo por esta sobre dosis de mercado.

Los Archivos del Cardenal, son también los archivos de horror, combatidos por una Vicaria de la Solidaridad y por quienes le antecedieron, pasa que a veces los jóvenes de hoy olvidan que en su país era “normal” desaparecer así, sin que nadie dijera agua va, agua viene, es de esperar que eso se comience a recordar en cada marcha, para que quienes hoy pueden expresar su disconformidad libremente, puedan seguir haciéndolo, no causando desmanes y destrozos, los que poco y nada tienen que ver con lo que defienden.