Los 60, la década en que Estados Unidos atravesó una de sus peores crisis, los asesinatos de John y Robert Kennedy, de Martin Luther King – corolario de los derechos civiles – la guerra de Vietnam en su punto más álgido, la que poco a poco se perfilo como la derrota más humillante para esta súper potencia del globo, tan humillante como la derrota inflingida por la Unión Soviética en el terreno espacial. Fueron los rusos quienes lanzaron el primer satélite – Sputnik – y además una nave tripulada por la celebre perrita Laika, a los ciudadanos norteamericanos les resultaba particularmente aterrador ver un pequeño fulgor surcando los cielos, estrellados, sobre su territorio. Si ese imperio del mal, cuyas personas se alimentaban de recién nacidos, era capaz de poner un satélite a orbitar la tierra, entonces ahora podían observarlos desde las alturas y eventualmente atacarlos con misiles nucleares, eso creían los gringos de aquella época.
En vano resultaban los múltiples intentos por empatar esta carrera, ya a fines de los 50, un cohete diseñado por la fuerza aérea de los Estados Unidos, alcanzo a elevarse solo unos metros antes de caer convertido en una enorme bola de fuego, el efímero vuelo del cohete provoco una desazón y un estupor tremendo en el publico norteamericano. Sentimientos acentuados frente a los titulares de diarios de la época, quienes bautizaron el cohete como “Caputnik” cuando las risas y el escarnio aun no cesaban, la Unión Republica Socialista Soviética envía una sonda a la luna y el cosmonauta ruso Yuri Gargarin se convierte así en el primer humano en ver la tierra desde el espacio, en Abril de 1961, a bordo de la nave Vostok.
La carrera espacial pasa a ser una obsesión para Estados Unidos, para el mismo Kennedy por ejemplo, así Norteamérica no tuvo mas opción que abjurar de sus valores y busco auxilio en un viejo amigo, una mente brillante rescatada de los escombros de aquella Alemania nazi, Wherner Von Braun, científico que diseño los cohetes B-2, los que 20 años antes Hittler descargo sobre Inglaterra. De aquí que la carrera espacial se convirtiera en fuente de innovaciones de armas militares, las que luego se aplican en el plano civil y científico.
La única manera de igualar esta carrera era poniendo un gringo en la luna – no podía ser menos que eso – para eso fueron paso a paso. Primero, un satélite de comunicaciones, luego vino la misión Explorer, el 16 de Julio de 1969, la misión Apollo 11, tripulada por los astronautas Neil A. Armstrong, Edwin E. Aldring Jr. y Michael Collins despegaba finalmente desde Cabo Kennedy, serian 3 días de travesía espacial y ese lanzamiento fue televisado al mundo entero. Recién el 20 Julio, 42 años atras, se concreto el alunizaje, Armstrong inscribió su nombre como el primer humano en pisar el satélite natural, al sur del mar de la tranquilidad, de este modo para muchos el astronauta alcanzaba la categoría de Colon, porque descubría todo un nuevo mundo y su frase quedo inmortalizada hasta el fin de los tiempos: “That's one small step for man, one giant leap for mankind”.
Mucho se ha dicho acerca de este viaje, que en realidad fue un montaje de la CIA en el desierto de Nevada, que no había estrellas en las imágenes, que la bandera de Estados Unidos ondeaba, cuando todo el mundo sabe que no hay atmósfera o que la pisaba fue demasiado profunda, pamplinas, según los que realmente saben del tema – entendidos que les llaman – además, de haber sido todo una farsa, los rusos hubieran sido los primeros en denunciarla. Las estrellas no se podían ver por lisa insuficiencia de los lentes fotográficos de aquella época, la bandera tenia un corte superior para crear el efecto de que ondeaba y la pisada se vio profunda, solo por el tipo de roca lunar, el punto más opaco y controversial, dice tener relación con el avistamiento de un OVNI, el cual fue oportunamente reportado por los astronautas.
La ultima vez que el hombre llego a la luna fue en 1972, ahora el gran reto es Marte y no seria nada descabellado pensar que en un futuro – no muy lejano – se cree una agencia espacial multinacional, para encarar un reto de tal envergadura, aunque para esto, según el mundo científico, el humano deberá retornar si o si a la luna, satélite que será seguramente base para la colonización del planeta rojo, el hombre en la luna, sueño que tuvo Stanley Kubrick, otra vez hecho realidad.