Ayer fue uno de esos días donde a uno le cuesta entender lo que pasa – no solo por problemas personales, que fueron bastantes – si no, porque cuando uno ya había hecho el silencio que corresponde, la reflexión que cabe tener cuando se establece el ultimo adiós de una persona que conocí y de otra que miraba de vez en cuando por televisión o de personas que no conocí pero que descubrí a través de reportajes, después que se sabia – a ciencia cierta – de su muerte.
Ayer, se conoció de un nuevo accidente en el Archipiélago Juan Fernández, resultado de este una nueva victima, un cabo de la FACH. Fue uno de esos accidentes que podrán haber mil formas de explicarlos – muchas de ellas parecen hasta casi razonables – muchas personas, mucha tecnología, mucho avión, mucho ir y venir, lo que digan, el hecho es que le agrego a un día negro, mas negrura todavía.
Encima, se supo la identidad del cuerpo encontrado el día domingo y resulto ser de una persona que ya había sido identificada y hasta enterrada, entonces digo, bueno, a veces la vida del ser humano esta llena de situaciones pequeñas, de situaciones miserables, de situaciones que me dan a pensar que hay una especie de ente que se empeña en reírse de las fatalidades que le ocurren al resto. Ayer fue un día de esos, me dije muchas veces “pero como otra vez”, “como puede pasar esto”, no me cabe duda alguna – ninguna – que todo esto va tener explicación, fundadas, legales, institucionales y explicaciones que tienen que ver con los porque se dice que una persona es tal y se identifica días mas tarde, imagino que todo eso tiene explicación y en algún momento dado calzara este puzzle que todavía no logro armar del todo.
A veces se concatenan situaciones en una sola oportunidad, en una única situación y espacio temporal, ayer fue un día de esos, lise y llanamente un día de mierda.