jueves, 24 de septiembre de 2009

No tenemos nada… pero nada.

Al analizar el debate presidencial emitido ayer por Televisión Nacional de Chile son muchos puntos, dudas y algunas conclusiones – las menos por cierto – las que se apoderaron del ambiente en el canal estatal. Resalto dicha condición de este medio de comunicación, ya que la mayoría de las preguntas – por no decir todas – siguieron la línea editorial de la estación, incluidas las que todos los candidatos seleccionaron “al azar”, dentro de 50 preguntas previamente seleccionadas cada uno eligió un total de 3, ninguna – extrañamente – toco temas que pudieran incomodar el pensamiento del directorio del supuestamente “canal de los chilenos”. Sobre el formato, claramente el tiempo se hacia corto, pero un minuto bien pensado en política puede entregar mucho, lamentablemente ayer ninguno de los 4 candidatos estuvo brillante en este ítem.

Pues bien, lo primero, no paso nada que valla a cambiar la historia de Chile. Después de ayer nadie – probablemente – cambiara el voto, pero evidentemente todos teníamos expectativas de ver las propuestas que los 4 candidatos nos tenían. Desde luego el candidato “vencedor” de ayer fue Jorge Arrate – dentro de su nube claro y ese viejo discurso de ricos contra pobres que sencillamente ya no encaja en estos tiempos – pero se debe reconocer que fue quien mejor uso el tiempo, quien se pudo expresar de forma clara y concisa a su electorado. Las razones, marco desde un comienzo diferencias con el resto de candidatos y demostró más de lo que la gente que no lo conoce mayormente esperaba de su actuación. Muchos decían – me incluyo – que un señor de tan avanzada edad no tendría mucho que aportar y en efecto si vamos al “que” no lo hizo, pero si vamos al “como” simplemente sorprendió. Apelo a la emocionalidad, a cierta nostalgia – si a si se quiere – de su visión de mundo y política, un discurso que a muchos sectores – sobre todo a la izquierda dura – les llega. Tenía que ver con los principios y esa visión fundacional, de manera que no aterrizo – salvando un par de intervenciones – una real postura, defendió sus ideales, su visión de la sociedad – muy diferente a la mía por cierto – y eso lo logro muy bien.

El resto de los candidatos en cambio, necesitaban quitarse votos unos a otros. Probablemente el eje era “Marco puede sacarle mas votos a Frei” ya que Arrate no tiene nada que hacer en esta etapa del juego y seguramente los que apoyan a Piñera seguirán haciéndolo a brazo partido. Por lo tanto el candidato independiente tenía que demostrar – además de su discurso ya ampliamente conocido – que era capaz de ser una opción real para ocupar el sillón presidencial. Si busco el resultado, es decir si logro su objetivo o no, no me quedo tan claro. Más bien reitero una y otra vez lo ya sabido, muy en su estilo un discurso crítico, apelando a la postura de denuncia, pero el electorado esperaba más anuncios que acusaciones y en eso Enríquez-Ominami quedo al debe.

Eduardo Frei, no dijo nada brillante – nada nuevo en el – y tuvo que lanzar un “espolonazo” a quien el considera su mas directo rival, el candidato de oposición. Recurrió a algo sencillamente de baja monta al enrostrarle el capitulo de “información privilegiada” a Piñera, el que sencillamente se descarrilo en ese tenso momento, de esta manera el candidato oficial logro desviar la atención del real foco de interés y demostró su poca preparación y bajeza, tantas veces ya antes vista. En general mucho “estado” en su pobre discurso, poco ortodoxo incluso, falto de una oratoria brillante o que fuese capaz de convencer, no anuncio medidas concretas ni posibles planes de trabajo, apoyándose siempre en la popularidad de la actual presidenta. O sea, “zapatero a tus zapatos” Frei estuvo en lo suyo: malo, aburrido, pacato y sin ideas nuevas.

Piñera, me desilusionó quien yo creo – a pesar de lo ocurrido ayer – sigue siendo el hombre indicado para manejar el destino de nuestro país. Partió bien, carismático y con esa sonrisa bonachona, pero cuando tuvo que intervenir se fue “endureciendo” y esta es su principal falencia – bajo mi lupa – La falto empatia y tuvo poca intuición – porque a decir verdad, la política tiene que ver mas que con discursos, con precisamente lo que al candidato de derecha le falto ayer, "cercania" – incluso se vio descompuesto por elementos mas bien subjetivos, que de contenidos.

De manera que el mas débil – no en contenidos, pero si en el todo lo que encierra un debate como tal – fue Sebastián Piñera. El que sorprendió fue Jorge Arrate – lamentablemente sigue pensando como Robin Hood “robarle a los ricos, para darle a los pobres" – tuvo gran aplomo y manejo. Mientras que Enríquez-Ominami y Frei quienes tenían que jugar de manera magistral para lograr arrebatarse votos, no estuvieron a la altura de lo que sus adeptos esperaban.

Este debate no cambiara nada como dije desde un principio, salvo que algunos puedan creer más en Arrate por su testimonio tan bien logrado, pero serán los menos y creo – podría asegurar – que no superara el 5% en las urnas. Enríquez-Ominami de aprovechar mejor las oportunidades que vengan podría ser el contrincante de Piñera en segunda vuelta. Frei debe pensar en el retiro – con todo respeto para quienes apoyan a don Lalo – y el candidato de oposición, debe tratar de ponerse en el lugar de quienes votamos y no segarse con ideas propias.

Es lamentable que ningún candidato deslumbrara ayer y que quienes votaran en las próximas elecciones, lo hagan pensando en ideas políticas – de partidos me refiero – o por el menos malo, sencillamente una pena. Yo al menos, esperaba algo diferente y mucho mejor.