domingo, 4 de julio de 2010

Un tema de carne y hueso

Cuando el ministro de salud indica que esta leyendo por capítulos la cantidad de fallos que indica la contraloría por fallas, falencias y un gran desorden respecto a la gestión de los hospitales públicos, la verdad es que yo le creo y completamente, es cosa de recordar casos – con términos fatales – en el hospital de Talca, en el Félix Bulnes, es cosa de mirar los miles de millones de pesos que hay en cuanto a la deuda hospitalaria, es cosa de conversar con personas que sufren por las no garantías de AUGE y otros casos de horas dadas para 8 o 9 meses después de lo que se solicitan.

La salud publica es un tema gigante, en todos los países del mundo incluso en los que creemos más desarrollados igual sufren listas de esperas y encarecimiento del sistema. ¿Que se hace entonces? la postura que vivimos en los años de la Concertación fue detectar enfermedades de mayor incidencia de costos muy altos para asegurar atención rápida con plazos fijos y pese a que este sistema – AUGE – funciona cada vez más engruesa su lista de espera. ¿Que se busca hoy día? se busca tratar de intervenir de alguna forma los hospitales para que sean viables económicamente y además garantizar en los privados lo que los públicos no alcanzan a dar, algunos creen que esto es privatizar el sistema. Pero ¿qué esperan las personas? sencillo, una atención rápida y digna.

Igual que en educación, en salud, cuando hablamos del manejo publico y el privado entra en debate un tema ideológico, esta el bando que cree solo en la vocación publica y en el estado el cual debe garantizar los derechos básicos, sobre todo de los que tienen menos. Y por el otro lado estamos los que vemos en el sistema privado la eficacia y la eficiencia, ya que la calidad y las platas ahí se manejan de mejor manera.

La discusión ciudadana – repito – esta ideologizada y se extraña una mirada más real y más concreta, por ejemplo la de los verdaderos usuarios, en lo publico léase FONASA y en lo privado ISAPRES, porque en ambos bandos hay falencias. Yo no discuto que todos tengamos un concepto de vida con una mirada política, pero es mejor ver sin tintes que pasa con la educación y la salud en Chile y lo que realmente se necesita.