jueves, 31 de marzo de 2011

Ronald Reagan... fuera Pinochet.

Hace ya unos cuantos días el primer presidente afro americano en la historia de Estados Unidos visito nuestro país, es cierto que dejo la escoba con los tacos, que su señora hablo de Marcelo Salas y que hasta dicho "renca la lleva" haciendo alusión al cartel tipo hollywood que se encuentra en la comuna que el visito, que brindo con vino a los pies de La Moneda y que siguió el ritmo - cual Ronny Dance - las canciones de Los Jaivas. Todo eso ocurrió en tan solo unas cuantas horas, pero de todo lo que vivió Obama en Chile, yo me quedo con la pregunta que se le hizo sobre la directa participación de su país en el golpe de estado de 1973, su respuesta fue compuesta y apegada a un libreto muy bien aprendido por el titulado en Hardvar - no muy diferente a la que le dio a Michelle Bachelet - pero esa interrogante me hizo recordar y preguntarme que de cierto hubo y cuanto es solo un mito, por lo cual leí por ahí, por acá, pregunte a personas que vivieron en carne propia la dictadura de Pinocho y este es el resultado.

Todo comienza con una frase de George Shultz - secretario de estado de Ronald Reagan - cuando ambos discutían el futuro de Pinochet en esta angosta y larga faja de tierra. Shultz aseguro sin duda alguna que el dictador chileno tenia las manos manchadas con sangre de su propio pueblo y que acostumbraba a hacer cosas realmente monstruosas.Dicha reunión sucedió en el año 1986, fue este el momento en que Estados Unidos y Reagan decidieron quitar todo tipo de apoyo a Pinochet, por si fuera poco se concluyo que era tiempo de que el viejo de Augusto se fuera, que saliera del poder a toda costa, aunque solo 13 años atrás era ese mismo país quien intervino el nuestro y fue contribuidor de sobre manera al golpe militar, son cosas de la vida... finalmente nadie sabe para quien trabaja.

Ese 18 de noviembre de 1986, la NCS y los asesores de Reagan le hicieron saber que todo el consejo - en su totalidad - había decidido que era tiempo de que Chile volviera a su tradición democrática. Se le pregunto directamente al presidente de Estados Unidos si el estaba dispuesto a contribuir para que volviera esa democracia que había reinado en nuestro país durante 150 años.

Aquí Washington decidió cortar todo tipo de relación con el régimen que Pinochet llevaba a cabo, lo presiono y no solamente eso, comenzó a apoyar - de manera cautelosa - a la oposición civil y así de esta manera impedir que el entonces presidente de Chile ostentara ese cargo de manera vitalicia - esa fue siempre la idea de Pinochet -

Muchos años después, archivos obtenidos desde la propia biblioteca personal de Reagan cuentan como este tomo la decisión de que Pinochet ya no prestaba ningún servicio a Estados Unidos, por lo tanto se debía forzar su salida a cualquier precio.