martes, 19 de abril de 2011

No quiero de ese Matte.

Recuerdo que el año pasado Tomas Irarrázaval – director del servicio de impacto ambiental del Maule – hablaba de lo desastroso que resultaban 2 centrales hidroeléctricas que se proyectan construir en el rio Achibueno en la séptima región del país. Misteriosamente este mismo personaje voto a favor de ambos proyectos sin hacer una sola objeción, renuncio cuando se destapo una grabación registrada a la mala por ambientalistas donde daba cuenta de los desastres que dichas centrales provocarían.

Tal situación comprueba una premisa, esta clase de proyectos son aprobados no en función de sus impactos ambientales – lo ambiental es secundario – vista así las cosas, en verdad usted cree que un proyecto como Hidroaysén será rechazado. Un proyecto aun mas multi millonario y que cuenta con todo el apoyo de ENDESA y del grupo Matte – una de las familias más influyentes y ricas del país – más aun, se le puede decir que no a esta familia, que es la que más se la ha jugado por este proyecto, yo creo que es difícil y chuta que es difícil, si no me cree invite a tomar un cafecito al fiscal nacional Sabas Chahuan y que se lo diga.

Más difícil es en un país con una muy hacendada mentalidad de patrón de fundo, la familia Matte por su historia de arraigo en la elite a diferencia de otros grupos económicos, ejerce influencia en casi todas las esferas de la vida nacional, en el ámbito económico – lógico – en el político, educacional, eclesiástico, vínculos con el mundo comunicacional, la compañía manufacturera de papeles y cartones – chiche de la familia – integra prácticamente un duopolio con el grupo Angelini.

Resulta sobre cogedor turistear por el sur del país y constatar que la imagen de bosque nativo permanece solo en la tapa de los cuadernos porque ya nada existe, todo es pino y eucaliptus, es la consagración de un modelo de negocio no ya solo poco inspirador, arcaico, con muy poco de emprendimiento, con poco riesgo y muy poco seso, si no que derechamente predatorio dada la alta erosión del suelo y el fuerte empobrecimiento de las comunidades aledañas. Por si todo esto fuera poco, este sucio negocio cuenta con subsidios del estado y eso solo – claramente – los alcanzan los grupos poderosos, o sea estos cabros se forran y más encima cuentan con el gentil auspicio del decreto de ley 701 que viene de los tiempos de pinocho, para muestra un botón, la ley que pretende defender los bosques nativos duerme hace más de 15 años en el congreso.

Grupos económicos gigantes y colosales peleados con los mapuches, peleados con los agricultores, peleados con las PYME de la zona, peleados a muerte con el medio ambiente, muchas denuncias suman y siguen de quienes han visto hecho pebre su fuente de ingreso por la implementación de estos negociados familiares. El lago Chapo – decima región – cerca de Puerto Montt a medio secar dicen los empresarios turísticos de la zona desde que construyeron la hidroeléctrica Canutillar – propiedad del grupo Matte – Acuérdense de los cisnes, esos cisnes que el ex presidente Lagos dijo que murieron por una razón natural, como logran que personas crean esa tesis, sencillo, con el poder político y una buena campaña publicitaria o en su defecto una buena oferta de pega cuando los votos les son negados o la teta del estado les deja de dar leche.

Urge mejorar la ley que regula el lobby – es cierto – hay que ver como el estado le paga al ex servidor público que no puede irse al sector privado porque de algo tiene que vivir, es lo que se hace en el mundo desarrollado pero al parecer en vista de todos los errores que vemos día a día urge también implementar otra medida, una medida que suena horrorosa pero es menos horrorosa que lo ya existente, de que se trata, financiar la política, financiar los partidos.

Una democracia sana, es lo único que garantiza un real avance y desarrollo, el resto es solo música, un país equitativo y justo, por ende mucho más fuerte. Así yo quiero que sea la tierra en que vivimos, que no es la que bien retrato el bis abuelo de Eliodoro Matte Larraín cuando dijo hace ya casi un siglo “los dueños de Chile somos nosotros, los dueños del capital y del sueño, lo demás es mas influenciable y vendible, ello no pesa ni como opinión, ni como juicio”. Lo que yo digo hoy en día es simplemente “a frases gueonas, oídos sordos”.