jueves, 17 de septiembre de 2009

Aznar… yo sí tengo buena memoria.

La adhesión a los mandatarios extranjeros en nuestro país tiene una característica realmente notable, se les valora y se les recuerda por las cosas que convienen y se les ignora – se les soslaya – por aquello que no conviene.

Casos emblemáticos, por ejemplo Álvaro Uribe (Presidente de Colombia) sectores políticos han hablado maravillas de Uribe en todo lo relacionado en combates contra el narcotráfico, pero no han dicho ni una sola palabra en sus intentos de reelegirse “mañosamente” por un tercer periodo. Hay personas que valoran y aplauden todo lo expuesto por José Maria Aznar (ex jefe de Gobierno español) cuando pasa por nuestro país – como hoy ocurre – pero no se dice ni una sola palabra de que el fue la persona metió a España en una guerra al otro lado del mundo y que trajo a Al Qaeda devuelta al país europeo con un atentado brutal, lo que le hizo perder el poder. Se habla incluso a veces de Hugo Chávez (Presidente de Venezuela) como la persona incomiable en materias de independencia, autonomía y tratando de establecer una parada propia, pero nada se dice de cómo interviene radios y cadenas de televisiones, incluso al filo de la ley.

Al mirar a los presidentes extranjeros, cuesta poco – porque uno selecciona – aquellos que queremos admirar y hacemos caso omiso – no se dice una sola palabra – de aquellos que dan vergüenza. Paso ayer con Aznar, solo aplausos y se olvidaron de que a sido una persona cuestionada y acusada directamente de tener intereses particulares, comerciales, inmobiliarios, intereses propios en cuanto a la estrategia de la recuperación de Irak, traslado una guerra – cuando España no participaba en una hace muchísimos años – y con esto trajo el terrorismo – no de ETA esta vez – de Al Qaeda al interior de su territorio. Por esto fue derrotado por paliza en el año 2004,cuando su “delfín” Mariano Rajoy sucumbió ante Rodríguez Zapatero y resulta que ayer aparece como si nada de lo antes mencionado hubiera existido, como creyendo que de este lado del mundo somos todos “ciegos”.
Lamentablemente para el señor Aznar, cada vez somos más quienes nos quitamos esa venda – que incluye admiración y sumisión – ante mandatarios que se han equivocado tanto o más que los nuestros. Y somos muchos más con "memoria de elefante".