En el marco de la cumbre America latina y la unión europea - dias atras - se reunieron los presidentes Piñera y García, dicha reunión tuvo lugar en Madrid, donde como era predecible se expresaron las mejores intenciones de colaboración, respeto mutuo y decidieron mantener las aguas separadas, por un lado las relaciones económicas y por otro el referéndum que ha presentado Perú respecto al limite marítimo con el norte de nuestro país.
La verdad es que Piñera esta tratando de “descongelar” las relaciones que existen entre ambos países, las cuales se resintieron aun mas desde que el presidente García hizo efectiva su estrategia de crear un documento en el que exige la devolución de millas marítimas de parte de Chile, una tesis construida pacientemente a partir de la década del 70 en la HAYA y que el recogió posteriormente cuando fue electo presidente y que tiene como propósito involucrarse entre eventuales negaciones de nuestro país con Bolivia sobre un futuro corredor y salida al mar.
Creo que el error radica en no entender bien de que se trata, porque la señal que se termina dando cuando se quiere pretender que esos son 2 temas apartes – que es lo que quiere Perú – es decir que a Chile no le importa en demasía su limitación marítima, que lo que le importa por sobre todas las cosas es el comercio y los negocios y no su soberanía. Por consiguiente un tribunal internacional y la propia opinión pública internacional podrían creer que si a Chile no le importa ese tema y a Perú si, se podría buscar una solución más intermedia que nos deje a todos contentos, porque dichos tribunales en general funcionan de esa manera.
Que no se confunda el presidente Piñera y mire lo que han sido la experiencia de otros presidentes chilenos con Perú en particular. El presidente Lagos fue recibido con los mayores honores imaginables por Alejandro Toledo cuando tomo el mando de ese país y la verdad es que las cosas terminaron pésimo, lo mismo ocurrió con el propio Alan García y la presidenta Bachelet, se prometió por parte del país vecino un sin fin de ayuda y colaboración, incluso el no planteamiento del tema marino, pero fue lo primero que hizo García cuando su popularidad comenzó a decaer en las encuestas.
Entonces esto es una historia larga e inagotable, las buenas intenciones en la política duran menos que un amor quinceañero, más aun si estas son entre 2 países y aun más si estos están delimitados con sangre en su historia. Por consiguiente los presidentes de turno buscan la popularidad por el expediente fácil, otros simplemente ceden a las presiones de grupos nacionalistas peruanos los cuales pretenden volver atrás con reminiscencias decimonónicas y nada de eso va cambiar. Por lo tanto no es predecible lo que vaya a pasar cuando la HAYA dicte su fallo en el supuesto que este sea satisfactorio o no para las pretensiones peruanas, que pasaría si esto se transforma en una nueva decepción, de recriminación y obviamente un motivo suficiente para el alejamiento y un nuevo conflicto.
Así que señor Piñera, menos romanticismo, mucho más pragmatismo y claridad en la posición chilena porque lo otro no beneficia en nada los intereses de mi país, el país que usted preside.