Vivir durante 69 días – en algunos casos 70 – el infierno de no saber si iban a salir, sin saber si volverían a ver a sus seres queridos, sin saber si estaban muriendo de a poco, ahí, confinados a 700mtrs de profundidad.Nada de eso pasó al final, todos salieron y como sociedad estamos felices, Chile se siente orgulloso, estamos en unos días notables – pero cordura – porque también hay unos que son más visionarios y ya se habla de que el infierno para estas personas no necesariamente termino. Hernán Rivera Letelier – gran escritor – les dice que tienen que cuidarse del infierno que hay aquí, en la superficie, el infierno mediático. Por ejemplo en una oración Letelier escribe “Oh señor, rescata a los rescatados de los rescatistas”.
También hay que poner énfasis y aclarar que ninguno de los 33 son santos, recordemos que son seres humanos al igual que usted, al igual que yo. Habrá que mantener la calma – las familias – porque sin duda ninguno esta preparado para lo que se les viene, otra vez cito a Rivera Letelier – que paso de ser minero pampino a escritor de fama internacional – decía en su articulo “ellos no saben lo que enfrentaran, el infierno en el que ellos estaban era dentro de todo un infierno conocido”.
El infierno que les puede tocar, de sobre demanda por tenerlos, estrujarlos, sacarles hasta la ultima gota de jugo para después exprimirlos y botarlos, es una situación en la que ellos no tienen herramientas para salir. Hay que tener mucho cuidado y ellos principalmente deben tenerlo, también nosotros – si, usted – como sociedad debemos tener cuidado. Si queremos rescatarlos de verdad, hay que continuar con la ayuda, mantenerlos conectados con su esencia, con su verdadera vida.
Espero que esta vez Chile no sea tan cínico y después de usar a estos 33 mineros los deje a la deriva, para aquello, todos – absolutamente todos – tenemos algo que hacer, este será un buen examen de aquí en adelante y tampoco seamos tan tremendistas, ya a habido un par que han metido las patas, claro, porqué recuerden que son seres humanos y por esa razón no se les puede dejar solos en el verdadero infierno.