Los camiones de la empresa KDM que trasladan la basura del gran Santiago pasan a cada tanto por la vieja vía ferra de Til Til, pueblo conocido por las aceitunas y más específicamente por ser el lugar donde encontró la muerte Manuel Rodríguez prócer de la independencia.
En el año del bicentenario los vecinos de Til Til se vinieron a enterar que su comuna albergara la próxima cárcel Santiago 2, un recinto de extrema complejidad con capacidad para 5000 internos. Y como no, estas tranquilas personas se sienten literalmente basureados. Acusan que el estado se a cebado con la localidad y sus alrededores, ejemplos para regalar, enrungue al lado Codelco andina y Anglo American los que envenenan sus suelos con relaves ricos en arsénico.
Así comenzara el principio del fin para Til Til temen sus vecinos, mas empobrecido, mas hediondo, es que ya tienen Punta Peuco, el próximo semestre entra en operaciones un hogar de menores. No existe una voz discordante en este pueblo, Rungue, Polpaico o en el sector de huertos familiares, la llegada de la nueva cárcel será el tiro de gracia para esta zona y no solo porqué deberá albergar delincuentes, es que también la comunidad reciente con fuerza la posible irrupción de una población flotante que de seguro fijaría sus cimientos en el antes hermoso lugar, estos serian los familiares tan denostados como todos aquellos que purgan penas en un recinto carcelario.
Dicen saber más o menos lo que pasara, lo mismo que en Colina. Es que muchos lugareños provienen de ese lugar, comuna que abandonaron en la década del 90 precisamente tras la construcción de 2 sendos penales y poblaciones aledañas cuyo signo – según dicen – es el mal vivir. Es que la bronca en la comunidad es tal que no tienen empacho en discutir con formulas bastante creativas y eficaces para solucionar problemas de tal magnitud.
En Til Til la opinión es una; la vida se acabo. Tendrán que – precisamente – vivir como en la capital, casas sitiadas por el temor de asesinatos a destajo, de balazos a diestra y siniestra, delincuentes campeando a sus anchas con total impunidad, de narcos vendiendo drogas y adueñándose del territorio. Bueno, todo eso que proyecta la tele en sus noticiarios y programas especiales.
El alcalde del pueblo afectado dice que el ministro de justicia Felipe Bulnes le aseguro el 21 de julio – 2010 – que aun no se zanjaba la adquisición de un terreno para la construcción de una cárcel en Til Til, sin embargo es el mismo edil quien asegura que el proceso se había materializado el 5 marzo, es decir a poquísimos días del cambio de mando, o sea el viejo gobierno también actúo a espaldas de esta comunidad. Por eso es que el manda mas de la ciudad al norponiente de Santiago asegura movilizaciones, cortes de ruta y tantas cosas – hay mucho – que se puede hacer para impedir la construcción de Santiago 2, porqué así como así, no se van a entregar. Por otro lado el alcalde de Colina, reconoce y opina con conocimiento de causa que esta situación si, provoca trastornos en la población civil.
Quizás y como consuelo sea bastante positivo no poner al penal el nombre de la comuna – Til Til 2 – pero igual yo entiendo la indignación de estas personas, porqué como si todo lo antes expuesto fuera poco, Aguas Andinas esta pronta a instalar una piscina para tratamiento de lodos, o sea la caca que 7 millones de santiaguinos descargamos por nuestros retretes. Esperen, que aun falta mas, una chancearía en el poblado de Montenegro, que no augura una fragancia a lavanda precisamente.
Cuenta la historia que en Til Til lo mataron, ahí lo faenaron y ahí mismo lo cazueliaron, ahora los vecinos temen que mas tarde los cuelguen, los cogoteen, los apolillen y mas encima que lleguen los cabros a cobrar por barrer con los longis y pa pa pa pa… Pobre Til Til, cero respeto con la memoria de Manuel.
jueves, 16 de diciembre de 2010
domingo, 12 de diciembre de 2010
¡Abran las puertas!
¿Por qué tanto rostro compungido?, ¿por qué tanto esa mano golpea contra su pecho? si siempre hemos querido que esa gente mala y además mal espectada, mas pobre se pudra en una pocilga con rejas. Porque solo ellos van a parar a ese muladar, la gente de pelo y apellido no va a esos lugares, es mas, nunca nada les ocurre.
Se dice que rivalizamos con Estados Unidos en el número de presos percápita, país con el que además compartimos varias estadísticas. En la casa del tío Sam la desigualdad a crecido de manera preocupante, existen altos índices de exclusión social, la repartición de la torta es mala, el acceso a la educación y a la salud también dependen del dinero que se lleve en los bolsillos. Hay una fractura social inmensa y eso se refleja en su crisis carcelaria, que a la larga son la misma cosa en la nación reina de las hamburguesas o en nosotros sus mas cercanos perseguidores.
Así somos Estados Unidos en Latinoamérica, pero de papel, bastante más charcha, elegimos vivir así. También nos drogamos porque vivimos para trabajar y la felicidad esta llena de amargura y frustraciones, con drogas mas rascas claro esta, también tenemos nuestro CONACE que es bastante mas picante que el de ellos, con políticas antidrogas fracasadas e hipócritas. Somos alumnos aventajados a tal punto que ya muchos aquí son partidarios de poner detectores de metales en nuestras escuelas, aunque nuestros colegios valen hongo al lado de las monstruosas infraestructuras de gringolandia.
Si ya le duele el pecho de tanto golpearse, usted, todos y yo sabemos que este penoso acontecimiento será olvidado, el mal recuerdo no pasara el cedazo de las compras de fin de año y esas calidas borracheras en las noches de fiesta, la hoguera que encenderemos con alcohol para quemar los malos momentos que hicieron de este 2010 un año lleno de emociones intensas, que duda cabe. Además hemos entrado en la discusión cual American Citycen, cuantos metros mas o cuantos metros menos por recluso, Chile esta dispuesto a ir al fondo de los problemas, la respuesta es no, pasan y pasan los años y nada o muy poco de lo que debió hacerse – ir al origen de todo – no se hace ni se hizo con la pavorosa situación carcelaria del país, esa que huele a pichi, a caca que tapa el sumidero de la tina, a sodomía y paliza, a narcotráfico… es el costo de un creciente desprestigio de la cosa publica, un desprecio total por la educación publica, por la vivienda publica, por el espacio publico, por la salud publica y hasta por los servicios públicos.
Esta cultura aspiracional de consumo cuya premisa es “gana o te ganan” permiten legitimar algunas conductas antisociales, de hecho con nuestro espejo mundial – Estados Unidos – tenemos similares índices de criminalidad, delincuentes malandras aunque arto mas rascas y los crecientes gastos en que incurrimos para la seguridad de nuestro hogar, también están esos políticos “vivos” prestos a sacar provecho cuando la preocupación se centra en la guerra contra la delincuencia, todas las otras necesidades de fondo que causan este mal pasan a segundo plano y todo plan represivo es abalado para controlar las demandas sociales.
Seamos honestos, con esa misma mano que a golpeado su pecho los últimos días, póngala en su corazón y reconozcamos que no haremos nada para cambiar todo lo antes expuesto, entonces al menos deberíamos encerrarnos de mejor manera, construir mejores cárceles. Pero lo más importante, siga viviendo con miedo, asi habra mas concesión de cárceles, así privatizamos la solución, ponga el intensivo perverso de tener gente detrás de las rejas.
A tomar en cuenta estos acontecimientos, la descomposición es fuerte, hay niños que pronto crecerán e irán a parar a centros de menores, mocosos que en sus dibujos ponen a “los pacos o los tiras” como los villanos de la película, de seguro aparecerán mas noticias que revelaran la precariedad del sistema carcelario chileno, lo que consideramos una letrina para descargar nuestra mierda, incendios, motines, escapes, heridos mas, heridos menos, casos de corrupción, el suicidio de un psicópata que debía pasar los próximos 40 años a la sombra, la contaminación de cabros primerizos en sus celdas, la reincidencia de un preso al que por cierto nunca daremos empleo, que tendría que hacer en esta “sociedad avanzada” quien ni siquiera tiene educación secundaria completa, trabajar por el mínimo, no sea tonto, ellos están acostumbrados al dinero fácil. Siempre la cosa ha sido así y lamentablemente no creo que cambie hoy, ni mañana.
Se dice que rivalizamos con Estados Unidos en el número de presos percápita, país con el que además compartimos varias estadísticas. En la casa del tío Sam la desigualdad a crecido de manera preocupante, existen altos índices de exclusión social, la repartición de la torta es mala, el acceso a la educación y a la salud también dependen del dinero que se lleve en los bolsillos. Hay una fractura social inmensa y eso se refleja en su crisis carcelaria, que a la larga son la misma cosa en la nación reina de las hamburguesas o en nosotros sus mas cercanos perseguidores.
Así somos Estados Unidos en Latinoamérica, pero de papel, bastante más charcha, elegimos vivir así. También nos drogamos porque vivimos para trabajar y la felicidad esta llena de amargura y frustraciones, con drogas mas rascas claro esta, también tenemos nuestro CONACE que es bastante mas picante que el de ellos, con políticas antidrogas fracasadas e hipócritas. Somos alumnos aventajados a tal punto que ya muchos aquí son partidarios de poner detectores de metales en nuestras escuelas, aunque nuestros colegios valen hongo al lado de las monstruosas infraestructuras de gringolandia.
Si ya le duele el pecho de tanto golpearse, usted, todos y yo sabemos que este penoso acontecimiento será olvidado, el mal recuerdo no pasara el cedazo de las compras de fin de año y esas calidas borracheras en las noches de fiesta, la hoguera que encenderemos con alcohol para quemar los malos momentos que hicieron de este 2010 un año lleno de emociones intensas, que duda cabe. Además hemos entrado en la discusión cual American Citycen, cuantos metros mas o cuantos metros menos por recluso, Chile esta dispuesto a ir al fondo de los problemas, la respuesta es no, pasan y pasan los años y nada o muy poco de lo que debió hacerse – ir al origen de todo – no se hace ni se hizo con la pavorosa situación carcelaria del país, esa que huele a pichi, a caca que tapa el sumidero de la tina, a sodomía y paliza, a narcotráfico… es el costo de un creciente desprestigio de la cosa publica, un desprecio total por la educación publica, por la vivienda publica, por el espacio publico, por la salud publica y hasta por los servicios públicos.
Esta cultura aspiracional de consumo cuya premisa es “gana o te ganan” permiten legitimar algunas conductas antisociales, de hecho con nuestro espejo mundial – Estados Unidos – tenemos similares índices de criminalidad, delincuentes malandras aunque arto mas rascas y los crecientes gastos en que incurrimos para la seguridad de nuestro hogar, también están esos políticos “vivos” prestos a sacar provecho cuando la preocupación se centra en la guerra contra la delincuencia, todas las otras necesidades de fondo que causan este mal pasan a segundo plano y todo plan represivo es abalado para controlar las demandas sociales.
Seamos honestos, con esa misma mano que a golpeado su pecho los últimos días, póngala en su corazón y reconozcamos que no haremos nada para cambiar todo lo antes expuesto, entonces al menos deberíamos encerrarnos de mejor manera, construir mejores cárceles. Pero lo más importante, siga viviendo con miedo, asi habra mas concesión de cárceles, así privatizamos la solución, ponga el intensivo perverso de tener gente detrás de las rejas.
A tomar en cuenta estos acontecimientos, la descomposición es fuerte, hay niños que pronto crecerán e irán a parar a centros de menores, mocosos que en sus dibujos ponen a “los pacos o los tiras” como los villanos de la película, de seguro aparecerán mas noticias que revelaran la precariedad del sistema carcelario chileno, lo que consideramos una letrina para descargar nuestra mierda, incendios, motines, escapes, heridos mas, heridos menos, casos de corrupción, el suicidio de un psicópata que debía pasar los próximos 40 años a la sombra, la contaminación de cabros primerizos en sus celdas, la reincidencia de un preso al que por cierto nunca daremos empleo, que tendría que hacer en esta “sociedad avanzada” quien ni siquiera tiene educación secundaria completa, trabajar por el mínimo, no sea tonto, ellos están acostumbrados al dinero fácil. Siempre la cosa ha sido así y lamentablemente no creo que cambie hoy, ni mañana.
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