lunes, 16 de enero de 2012

Ni lo uno, ni lo otro

No sabemos si fue una alucinación propia de un cuadro febril o si lo soñamos, pero no, fue así no más, el gobierno se caso con la tesis que explica todos los focos de incendio, incluso los que afectaron a mapuches y hasta los incendio que están fuera del radio del conflicto.

Aun a la espera de las pruebas contundentes – que el gobierno asegura tener – después de lanzado el cohete cuando ya es muy difícil dar pie atrás, el ejecutivo ha comenzado a matizar sus primeras apreciaciones sobre quien o quienes provocaron los incendios en el Sur del país. Pero este es solo un gobierno más que adhiere a la conducta abusiva del estado para los con los mapuches, de hecho, culparlos a priori parece una actitud beligerante para este grupo. Contribuyendo a sumar ingredientes en esa explosiva mezcla de pobreza y resentimiento centenario, a ningún otro colectivo se le ha aplicado una ley anti-terrorista – cuestionada aquí y en todas partes – con esa definición de terrorismo que excede por mucho a la de otros países y destinada a minar la defensa del acusado. Otro aspecto crítico tiene relación con los operativos, ni siquiera en poblaciones dominadas por narcotraficantes los policías han realizado operativos de este tipo.

Pronto saldrá una nueva resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos contra de nuestro país por este asunto, el Estado de Chile se propone solucionar este conflicto – primero con La Concertación y ahora con la Alianza – ofreciendo una solución bastante paternalista, que los mapuches entren en la orbita productiva de las grandes empresas, las que a su vez dominan el área, el modelo o el modelo.

Rarísima la trayectoria que ha seguido el caso incendios, sintomática – quizás – de los agujeros que deja la tesis terrorista mapuche, y ahora surgen otras voces que reculan a medias, con lenguaje ambiguo, por ejemplo el Intendente Molina, es decir el gobierno no quiso decir ni lo uno, ni lo otro, sino todo lo contrario.