La Dictadura en esto fue un paso más allá, estableció una ley para que las acciones gubernamentales no pudieran ser fiscalizadas más atrás de marzo de 1990, es decir, son fiscalizables solo los actos de la nueva democracia y no la del pasado. La excepción por cierto son los derechos humanos que permiten que podamos hablar todavía – abiertamente – de Dictadura y no con eufemismos como se intenta de tanto en tanto, incluso, últimamente como recomendación curricular para los profesores de educación básica. Esto no ocurre en otros países, donde saber que paso es clave para entender donde están parados hoy, y no lo hacen solamente libros técnicos de investigación si no también lo hacen en cine, en la cultura popular, lo hacen en televisión, lo hacen con bastante frecuencia y durante muchísimo tiempo, lo hacen porque aun están abiertas algunas heridas y porque cuesta explicarse porque cosas trágicas, brutales, genocidios tuvieron lugar en Europa, en América del Norte y en algunos países de América Latina hace algunos años. Chile aun esta en la etapa donde – por ejemplo – cada vez que aparece un programa de televisión que grafica el pasado presente, son muchos los que se ponen nerviosos, muchos miran la televisión con los ojos entre abiertos, como si lo que vieran no fuera conocido o tuviera alguna incumbencia en cambiar la realidad.
El día de ayer, en el diario La Segunda, se revelaron todos los sistemas que se usaban para monitorear las llamadas telefónicas de los opositores a la Dictadura, y parece que estuviéramos viendo cosas que ocurrían en otro planeta, y esas cosas ocurrían aquí en Chile y pasaban todo el tiempo. Bueno, esa es una de las razones por las cuales hay que llamar a las cosas por su nombre y no hay que llamarlas eufemísticamente. Resulta impresionante constatar como existían estructuras paralelas incluso a la DINA y a la CNI, las cuales jamás aparecieron en los organigramas y quien sabe por cuanto tiempo siguieron existiendo o si aun existen, y este tipo de cosas eran cotidianas, son muchas las personas que hablan en la investigación que hizo el juez Alejandro Madrid, y hablan de la forma cuando la gente se ha dado cuenta que llego la hora de no seguir callando lo que saben, cuentan abiertamente – con nombres y apellidos – y nos ilustran de alguna manera la historia reciente, esa historia que desgraciadamente se nos cuela entre tanto intento que hay por taparla, que hay por intentar minimizarla o por decir que se avance, porque hablar de lo ocurrido solo generara heridas.
Desgraciadamente es lo que Chile vivió, lo que muchos de ustedes vivieron, y podrá haber montones de razones por las cuales personas se vieron motivadas a ese tipo de acciones violentísimas en contra de sus compatriotas, lo que no puede ocurrir, es que creamos que se podrán resolver los problemas que hoy tenemos mirando para el lado y no dándonos cuenta que gran parte de esos problemas ocurren porque tenemos diferencias de fondo respecto de nuestras historia más reciente, porque habían personas que estaban en distintos lugares, porque estaban en campos distintos donde habían ideologías, donde habían razones, donde hubieron vidas que se perdieron y que se jugaron por posiciones que eran – son – profundamente antagónicas. Es sano que se conozca todo eso, y que se conozca mucho más de lo que sabemos hoy, y que además lo sepamos en toda la dimensión multimedial que tiene, hay películas, videos, grabaciones, montones de testimonios, personas que incluso – a estas alturas – no quieren morir con conocimientos que tienen y que han guardado durante toda su vida.
Callar las cosas, tratar de decir que hablar es mantener las heridas abiertas es lise y llanamente posponer el problema y querer taparse los ojos ante situaciones que son imposibles de esconder, es como cuando su familia sabe que hay un problema muy serio con un miembro de ella y tratan de hablar de otra cosa en la mesa para que de esta forma pareciera que el problema no existe. Hay ciertas cosas que no se pueden callar, ni por decreto, ni porque parezca teóricamente más sano el no mencionar nada, porque de esa forma da la sensación de que las cosas estarán y van andar mejor. Es realmente impresionante – al menos para mí – lo que apareció ayer en el diario La Segunda, impactante es también que las personas hayan seguido los programas del año pasado con tanto interés cuando se trataba justamente de la historia reciente, también es buenísima la polémica que se genero cuando se intento cambiar los mallas curriculares para los profesores de educación básica a través del termino Dictadura a Régimen Militar, y da la sensación que todos estamos más maduros de lo que las autoridades creen, de lo que creen los dirigentes, de lo que creen las personas que se sienten mal por haber estado donde estuvieron.
Más sinceridad y más transparencia en una de las cosas que todavía probablemente, si es que usted se sienta con tranquilidad, con reflexión y lo conversa con alguien se dará cuenta que gran parte – por no decir todos – los problemas que vivimos hoy en día es porque no se han cerrado los temas, por cosas que no se dijeron, porque no se reconocieron y porque nadie nunca hadicho perdón.