Se acabo la chupeta, o sea, no es que se acabo el copete porque sabido es que en Chile el tragullo es parte de la canasta básica familiar, pero al que le gusta empinar el codo – como insano – y andar en toco mocho pa` rriba y pa` bajo deberá elegir, o el combinado o el volante. Y es muy probable que puestos en esa disyuntiva, la inmensa mayoría de nuestros compatriotas elegirán la tomatera. Ahora si que si, prepárense, Manolito Neira, Kike Acuña y el negro Piñera entra tantos otros – demás que se me queda algún otro prócer – Rene Alinco lo tiene bastante claro, bien hombrecito, él pago, y pago con cárcel, no como otros, por eso es uno de los primeros que pide que la ley se aplique parejo, a todo el mundo, que no importe el estatus social, clases, palancas, pitutos, da lo mismo.
Ya no es necesario andar manejando con el “piloto automático”, debe entender que la copita de vino ya será motivo para quedar listo para la foto en el tufometro, y al que pillen con el dragón, multa y mas encima suspensión de licencia por 2 años. A la segunda, 5 años, y a la tercera para siempre, si además causa daños a terceros se ara acreedor de una estancia – con todos los gastos pagos – en el “hotel” Santiago 1. Costara encontrar a personas que no estén de acuerdo con todo esto, y son los taxistas quienes reconocen que esta ley les viene de perilla.
Necesaria severidad, necesaria disminución del piso porque hay gente que se transforma a la primera – sin previo aviso – pisan el corcho y sufren una rápida mutación del tipo; doctor Jekyll and Mr Hyde, en el grupete de amigos alguno tendrá que hacer el sacrificio y no tomar, o habrá que buscar otras formas de esparcimiento, por lo pronto a desempolvar el viejo traje de Ultra Man. Los dueños de pubs, discotecas y restoranes, difieren a cerca de los efectos que tendrá el endurecimiento de las penas con esta normativa.
El problema es el traslado, los taxistas y colectiveros, no pueden llevar bultos en la cabina de sus autos destinada a los pasajeros, y el taxi además puede salir bastante salado. Hay quienes piden Metro en la noche o al menos un tren cada hora, porque el Transantiago a esa hora no existe, pero Metro no quiere saber nada de esto. Lo otro seria contratar un flete, pero esta opción también es bastante complicada porque habría que tener peonetas de la Vega, especialistas en subir y bajar sacos de papa, así entonces, se abrió un nicho – el chileno y su espíritu emprendedor – traslado en van de los cufifos. Van Fiesta es una empresa de reciente creación, 60 lucas para llevar un lote de 10, pero ojo, el servicio incluye incluso una pasada a un local a elección para el ítem: bajón, y este se acaba solo cuando el cliente es dejado en la puerta de su casa, y ahí lo dejaran, aunque sea afirmado del completo, porque lo que ocurra del umbral de la puerta hacia adentro, eso, eso ya es parte de la dimensión desconocida.
Podrá notar y ver – por motivos de fuerza mayor – que no es necesario el copete para pasarlo bien, podrá ver que hay algunos sustitutos de este. No, no, no, es broma, ni se le ocurra. Mejor vaya, aproveche y corra cuan Usain Bolt, el copete lo espera, es que puede tomar hasta quedar raja si así lo prefiere, pero por favor, entienda de una vez que cuando lo haga, no puede conducir, no puede.