viernes, 30 de marzo de 2012

Siempre tan chantas

Engaños memorables, chapuzas escandalosas, cuchufletas monumentales, mentiras del porte de un buque, charlatanería, engañifas y fraudes. Engaño y perjuicios de aquellos, de los que avergüenzan y no se olvidan con el paso del tiempo. Quien podría olvidarse de tantas vírgenes llorando sangre, de videntes, como Miguel Ángel – el “elegido” de Peñablanca – que engatuso a cientos de miles con sus supuestas visiones de la virgen, todo esto, en días que arreciaban las protestas contra el régimen, nunca antes – nunca después – se han visto manifestaciones más delirantes de fe y fanatismo, miles y miles presas del frenesí colectivo. Hubo quienes vieron el sol danzando entre las nubes, estigmas en el rostro de joven, hostias descendiendo del cielo, recordemos que el chico combinaba a sus fieles a comer tierra y a parar con los cacerolazos, por todo esto es que siempre se ha tenido la sospecha respecto de la vinculación de la CNI, la iglesia investigo y su conclusión fue que todo – absolutamente todo – era una vulgar mentira.

La gloria de Miguel Ángel fue efímera, desapareció por varios años, dando inicio, así, a su nueva vida con el nombre de Karol Romanoff, formo una sexta con otras mujeres y falleció victima de un cáncer hepático.

Esta el caso de Loza Penco con Feliciano Palma, reciencito no más cayo en cana, porque el que nace chicharra muere cantando, y a todo esto, ¿qué fue de Mauricio Israel? Bueno, Madame Gil y sus quesitos – pasados a pata – el periodo más chapucero, tramposo, sucio y punga de la historia de Chile fue simiente – como es lógico – de las peores farsas, farsas como la matanza del Corpus Christi, también conocida como Operación Albania, y un largo sin fin de sangrientos montajes. ¿Y el libro Blanco?, en cuya redacción participo el conocido historiador Gonzalo Vial, donde se detallaba la descomposición moral de la Unidad Popular, a fin de justificar el golpe y todas las brutalidades cometidas “en el nombre de la patria”, y la buena vida por supuesto, en ese libro brillaba una mentira – solo proclive a ser tragada por los bobos – el Plan Z, una operación descabellada en términos logísticos, presuntamente urdido por las fuerzas de Izquierda para asesinar a los opositores de la UP, y a los militares en la prevista de la parada de ese oprobioso septiembre de 1973. Ah, también esta el plebiscito de 1980, ese que permitió la promulgación de la constitución de Pinochet, en cierta medida origen de la defragmentacion social y origen de las desigualdades que ahora vemos, ¿alguien tiene duda del fraude que fueron esos comicios?

Hay por ahí un satélite chileno que cloteo cual guatapique, Arturito, un robot radar fenómeno hace ya casi 10 años, tras anotarse presuntos logros en la búsqueda de objetos y cuerpos, tesoros como el de Juan Fernández. Su inventor, Manuel Salinas, un audaz como pocos cuenteo a todo el mundo con los rayos gamma, anti plasma, anti materia, con física quántica, sin tener idea que diablos era todo ese mejunje. Fue un profesor de física quien lo paro en seco en una charla y lo hizo pebre – se lo comió con papas – dejando en evidencia sus patrañas.

La campaña para que Universidad de Chile tuviera su ciudad azul – en algún noviciado de Lampa – otro cuento grande, de los dirigentes de la época nunca se supo y del complejo solo quedaron algunas hectáreas con arena y el burro Luís Miguel. Pero sin duda la mentira hecha en Chile que tuvo alcance global, fue la ocurrida el 03 de septiembre de 1989 en Río de Janeiro, el “maracanazo”, protagonizado por Roberto Rojas, en realidad lo que paso esa noche fue la guinda de la torta en un periodo en que nuestro fútbol se caracterizo por lo chanta y embustero. Perlitas como el grupo Orema, integrado por árbitros de primera división, quienes en “extrañas” circunstancias se ganaron la Polla Gol, obvio, solitos, en un partido de Ñublense contra Colo-Colo, también esta el caso donde – con participación del Estado – se falsificaron pasaportes para el Sudamericano de Paysandú en 1979, con condena incluida una vez descubierto el chanchullo para el entrenador Pedro García. Casos de dopaje, de soborno, arreglos de partidos, y así, suma y sigue.

Ya se, se que hay un montón de otros fraudes memorables, pero no tengo más tiempo, daría para mucho. Porque cuando se trata de inventar mentiras grandes, por dios que sabemos los chilenos.